Le preparan una cápsula del tiempo a Cervantes
Es consecuencia del hallazgo al pie de su monumento
MADRID-AP | La capital española prepara una cápsula del tiempo moderna para colocarla debajo del monumento a Miguel de Cervantes, en reemplazo de la urna con documentos y libros de hace casi 200 años hallada hace un mes bajo la estatua del genial autor del Quijote.
El gobierno regional ha solicitado a los madrileños su colaboración en una curiosa iniciativa. A partir de la semana que viene podrán sugerir a través de Internet el contenido de la nueva urna que descansará a los pies de Cervantes.
La idea es que la nueva cápsula de tiempo contenga el alma del Madrid contemporáneo y cualquier otro objeto relacionado con el creador de la obra decisiva de la literatura española.
La nueva urna reemplazará a la vieja en las próximas semanas, después de estudiar los resultados de la encuesta ciudadana, que no serán vinculantes.
La vieja cápsula apareció hace un mes durante las obras de acondicionamiento de una de las avenidas más tradicionales de Madrid, la Carrera de San Jerónimo. Allí, frente a la sede del Congreso de los Diputados y sus imponentes leones, se encuentra una pequeña plaza con la estatua de Miguel de Cervantes, que fue inaugurada en 1834.
¿Qué contenía la antigua cápsula del tiempo?
La urna, un cofre de plomo herméticamente sellado, fue abierta anteayer en el Museo Arqueológico Regional (MAR) de Alcalá de Henares y su contenido fue presentado a los medios de comunicación por el vicepresidente y consejero de Cultura y Deporte de la Comunidad de Madrid, Ignacio González.
Los objetos encontrados, algunos aún sin identificar, se encuentran en un «extraordinario estado de conservación», ha resaltado González, al estar sellada e impregnados los documentos con una especie de insecticida, lo que la convierte en «uno de los hallazgos más importantes de urnas de esta naturaleza».
La arqueta, colocada en el lugar donde ha sido hallada en 1834, contiene también un Diario de Aviso de Madrid de ese mismo año, que envuelve un libro calendario manual y guías de forasteros, editado en la Imprenta Real y que es una «fuente inestimable para conocer la organización administrativa y política» de la época al ser una «guía de carácter oficial». También tenía un libro de vida del general Mina, guerrillero español que luchó en la guerra de la Independencia y fue fusilado en 1817 en México; un manuscrito, algo más deteriorado; un libro sobre la vida de Cervantes y ocho paquetes pequeños, que previsiblemente son monedas de la época.
Asimismo, en el interior de la urna se han encontrado otros dos libros envueltos y lacrados y un papel enrollado con textura de trapo que envuelve seis láminas de 1831.
Estas láminas representan retratos de Isabel II de niña y de Manuel Martínez Varela, el mecenas que financió la colocación de la estatua de Cervantes, la primera dedicada a un personaje civil que se instaló en Madrid. Por último, la urna contiene ediciones de la «Gaceta de Madrid», precedente del «Boletín Oficial del Estado».
Según ha explicado González, los cuatro tomos de «El Quijote» guardados en la urna fueron editados por la Imprenta Real y por la Real Academia de la Lengua Española.
Concretamente, se trata de la cuarta edición de la Academia Española que vio la luz en 1819. Eran cinco volúmenes publicados por la Imprenta Real, ilustrados en 21 estampas con grabados de Tomás López y Alejandro Blanco y dibujos de José Ribelles.
La importancia de esta edición reside en que incluye una biografía de Cervantes de Martín Fernández de Navarrete, que, a diferencia de otras versiones académicas anteriores, se basó en la edición de «El Quijote» de 1608 que incorporaba correcciones del propio autor.
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