sábado, 12 de marzo de 2011

Nota de la Redacción Nº16

Publicar una revista, un periódico o un libro, tiene entre otras características, la similitud de la incertidumbre en cuanto al recibimiento que darán al nuevo ejemplar los lectores, que habitualmente siguen al autor o al grupo de ellos que edita la revista, o escriben parte de los artículos o un relato en particular.


Incertidumbre que por otra parte, algunas veces motiva al equipo de edición volviéndolo más creativo, más asertivo en la búsqueda del material con que formará su ejemplar, el mismo que ustedes están leyendo ahora.

Esto sucede a través de la respuesta que ustedes, queridos lectores, nos hacen llegar de maneras diferentes a nuestra mesa de redacción y que leemos siempre, aunque a veces tardemos en responder por causa de la propia tarea y el poco tiempo disponible, que nos agradaría fuera mayor y así poder responder a tiempo todos los comentarios que nos llegan. 
 
¡¡Muchas gracias por enviarnos sus mensajes!!

También agradecemos el interés que nos trasmiten en las diversas oportunidades en que nuestros caminos se juntan, ya sea en redes sociales o en otro espacio.

Los artículos de este número en particular fueron seleccionados y elaborados durante más tiempo del que solemos emplear en preparar un número, por lo cual solicitamos sus disculpas. No hay otros motivos que el quehacer cotidiano, un poco más exigente en esta época del año. También tengan en cuenta que acá en el hemisferio sur, es primavera, casi verano en que la temperatura es alta y todo funciona de acuerdo con esta temporada. Bien, entrando en la revista, más allá de este preámbulo que tanto nos agrada mantener, podemos comentar que sumando los componentes del número de esta edición al modo tradicional 1 + 6 nos arroja un total de 7, con lo que es válido lo que ya dijimos para aquel número, pero de la forma en que éste se crea, es que surge la diferencia. No es lo mismo un 7 sumando cinco y dos que sumando uno y seis.

El número uno, apunta a la creación, al comienzo primigenio, “big bang”, teoría cuántica o de supercuerdas, lo que a ustedes les parezca que está en sintonía con estos ejemplos. Mientras que el seis parece ser un número perfecto, puesto que sus divisores propios (1, 2 y 3) suman 6. El siguiente número perfecto desde este punto de vista, es el 28. Pero la tradición y la historia nos enseñan muchos puntos de vista, seguramente elaborados bajo distintas circunstancias y el mismo número aparece en escenarios diferentes, como positivo o negativo.
 
Euclides llamó al 6, número perfecto por ser igual a la suma de sus divisores.
Pero la Biblia, contradiciendo estas ideas matemáticas, nos dice que es el número más imperfecto, ya que le falta 1 para llegar a 7, considerado el número perfecto.
La Cábala, sin embargo, le adjudica la sexta sephira “Tiferet”, que significa belleza.

Seis son las puntas de la estrella conformada por dos triángulos opuestos y seis los lados del hexágono, el cual más allá de la obsesión de Kepler, aparece hoy en un polo del planeta Saturno.
De cualquier manera, la suma de hoy nos infunde positivismo, que seguramente deviene de ustedes, queridos lectores, por ser tan consecuentes y exigentes con nosotros.
Reciban nuestro saludo y en sus manos, este nuevo ejemplar de la revista que ya están leyendo.

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