Nueva tecnología permite detectar enfermedades en sólo minutos
El diagnóstico de enfermedades como el cáncer o la esclerosis múltiple podría ser tan simple como un test de embarazo. Así lo asegura un equipo liderado por científicos de la Universidad de Leeds, que ha realizado una tecnología para detectar una determinada enfermedad de forma mucho más rápida que cualquier otro test diagnóstico actual.
La investigación desarrolla una tecnología de biosensores que utiliza anticuerpos para detectar marcadores biológicos (moléculas en el cuerpo humano que con frecuencia son marcadores de una determinada enfermedad). Esta tecnología podría emplearse en los consultorios médicos para seleccionar con más precisión a los especialistas, así como en los hospitales para acelerar los diagnósticos.
El proyecto, denominado ELISHA, cuenta con un presupuesto de 2,7 millones de euros y aborda nuevas técnicas de adhesión de anticuerpos a superficies y métodos novedosos de medición electrónica que no necesitan reactivos ni marcadores. ELISHA ha sido coordinado por Paul Millner de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Leeds y dirigido por su colega Tim Gibson.
“Confiamos en que ésta será la próxima generación de pruebas diagnósticas. Ahora podemos detectar prácticamente cualquier sustancia mesurable más rápido, de forma más barata y más fácilmente que la metodología diagnóstica aprobada actualmente”, afirma Millner.
Estas pruebas han demostrado que los sensores biológicos pueden detectar un rango muy amplio de analitos (sustancias mesurables), incluyendo los marcadores biológicos presentes en los cánceres de próstata y de ovario, en el ictus, la esclerosis múltiple, cardiopatías e infecciones fúngicas. Según los investigadores, los sensores biológicos son lo suficientemente versátiles como para diagnosticar enfermedades como la tuberculosis y el VIH.
Hoy día, los análisis de sangre y de orina para marcadores de enfermedad se realizan utilizando un método denominado ELISA (enzimoinmunoanálisis de adsorción), desarrollado en la década de 1970. Este proceso tarda unas dos horas en completarse, es costoso y solamente puede ser realizado por personal altamente cualificado.
El equipo de Leeds confía en que su nueva tecnología, que aporta resultados en menos de 15 minutos, pueda desarrollarse en un pequeño dispositivo del tamaño de un teléfono móvil. En dicho dispositivo se insertarían diferentes chips sensores, dependiendo de la enfermedad para la que se realiza la prueba diagnóstica.
“Hemos diseñado instrumentos sencillos para facilitar el uso y la comprensión de los sensores biológicos”, comenta Millner. “Estos sensores operarán en un formato similar al equipo diagnóstico biosensor de glucosa que se utiliza actualmente en los pacientes diabéticos”.
Por su parte, Séamus Higson, decano de la Facultad de Medicina y Ciencias Biológicas de la Universidad de Cranfield (Reino Unido) y uno de los socios del programa ELISHA, afirma que “la velocidad de respuesta que ofrece esta tecnología será de gran beneficio para el diagnóstico precoz y el tratamiento de numerosas enfermedades, y permitirá realizar diagnósticos en ámbitos deslocalizados como las consultas de los médicos de cabecera”.
El objetivo del doctor Gibson es comercializar esta tecnología: “Los analitos empleados en esta investigación representan sólo la punta del iceberg de las aplicaciones posibles. Hemos demostrado que pueden tener aplicaciones ambientales, como en la detección de herbicidas o pesticidas en el agua y la detección de antibióticos en la leche”.
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