¿AÚN EXISTE EL EXPRESO DE ORIENTE?
Los Historiadores ferroviarios nos explicaron que “su lujo dejó en la sombra a todos los demás trenes europeos. Los vagones dormitorio y restaurante estaban decorados con valiosos gobelinos, seda, plush y lámparas de gas de cuatro brazos”.
Agregaron que “las mesas tenían vasos de cristal y cubiertos de plata y se servían comidas y finos vinos a la luz de las velas, mientras en el vagón bar y en la sala de fumar se encontraba a cortesanos, espías, jugadores y aventureros”.
El viaje, de más de 3.000 kilómetros, duraba dos días y tres noches. El hotel de lujo sobre rieles viajaba al principio dos veces a la semana desde París pasando por Estrasburgo, Stuttgart, Munich, Viena, Pressburgo, Budapest y Bucarest hasta el puerto rumano de Giurgiu. Más de seis años después el trayecto se amplió hasta Estambul.
El misterioso Oriente atrajo a ricos y famosos y convirtió al tren en los años 20 del siglo pasado en la cita obligada con el brillo y el glamour del estilo de vida de los ricos. El rey Leopoldo II de Bélgica, Eduardo VIII, el príncipe Aga Khan, el papa Pío XII y la presunta espía Mata Hari fueron algunos de sus ilustres pasajeros.
En 1891 el Expreso de Oriente fue saqueado, un año más tarde se desató un brote de cólera y en 1929 los rieles fueron cortados en Turquía. A causa de ello el Orient Express tuvo que esperar cinco días.
Agatha Christie era una viajera entusiasta del Expreso de Oriente. Tras la experiencia de viajar en él entre otros lugares a Bagdad, en 1928 escribió: “Adoro su ritmo, Allegro con Fuoco al principio, las sacudidas y el traqueteo en la salvaje prisa de dejar atrás Calais y occidente; se va reduciendo de camino al este hasta un Rallentando, hasta que acaba en un Lento casi imperceptible”.
El lujoso Expreso de Oriente fue un sueño hecho realidad del belga Georges Nagelmackers. Él fue quien concibió un tren de última tecnología para la época. Tenía vagones modernos, las primeras literas plegables y vagones de dos ejes para los pesados equipajes de los viajeros.
Las dos guerras mundiales fueron el final de la época de oro del Expreso de Oriente. La competencia en las carreteras y en el aire aceleraron su final: el 20 de mayo de 1977 el “rey de los trenes” hizo su última travesía a Estambul.
Pero en la actualidad 35 de los antiguos vagones siguen atravesando Europa, aunque como versión simplificada y turística llamada “Venice Simplon Orient-Express”.
El mismo año de su cierre el fan de los trenes James B. Sherwood compró dos de los vagones y a lo largo de los años el estadounidense adquirió el resto por unos 16 millones de dólares. Así, el 25 de mayo de 1982 el tren renació, renovado y con la tecnología actual, en un viaje de Londres a Venecia. Además de la conexión Venecia-París- Londres, la línea recorre ahora también la antigua ruta París- Estambul.
PRIMERA ÉPOCA DEL EXPRESO DE ORIENTE CON TRACCIÓN A VAPOR
Un Expreso de Oriente aparece en su llegada a Constantinopla en 1905, encabezado por una locomotora a vapor de cuatro ruedas acopladas. Para esa época, el Expreso de Oriente incluía usualmente dos coches cama, un coche comedor, vagón para el equipaje y coche para la tripulación.
EN BAVARIA HACIA EL ESTE
En la década del treinta, aparece un Expreso de Oriente acercándose a Augsburg, en el estado sureño de Bavaria en Alemania, encabezado por una serie S3/6 4-4-0. En Augsburg, el vapor dio paso a la tracción eléctrica para los viajes a Munich, Viena y a Europa del Este.
ELECTRIFICADO EN LOS ALPES
Un Expreso de Oriente electrificado aparece enmarcado por los imponentes Alpes, en el cruce del viaducto Kander del valle Lótschen, en Suiza. A la cabeza se encuentran dos locomotoras eléctricas 1-E-1 accionadas por bielas de 2.500 CV, del ferrocarril Berna, Lótschberg, Simplon, que fue electrificado en 1910.
PROMOVIENDO LAS RELACIONES INTERNACIONALES
En 1889 complejas negociaciones tuvo Nagelmackers que emprender para operar el Expreso de Oriente a través de Europa. Un total de cuatro compañías, dos británicas y dos francesas, fueron escogidas para proporcionar el servicio, lo que necesitó de la cooperación de incontables funcionarios ferroviarios y varios gobiernos nacionales.
LA RUTA ORIGINAL
El servicio original del Expreso de Oriente se extendía desde París a Constantinopla pasando por Munich, Viena, Budapest y Bucarest. En este viaje, los pasajeros tenían que descender en Giurgiu, Rumania, 72 kilómetros al este de Bucarest. Allí abordaban un ferry que cruzaba el río Danubio. Una vez cruzado el río eran transferidos a un segundo tren que los transportaba hasta Varna, un puerto del mar Negro. Ahí desembarcaban nuevamente y abordaban un segundo ferry que los llevaba hasta la exótica ciudad oriental de Constantinopla.
UN NOSTÁLGICO RETORNO
El servicio primigenio del Expreso de Oriente cesó sus operaciones en 1977, pero uno puede viajar en la actualidad desde Londres a Venecia en los originales coches azul y crema del CIWL, a bordo del Expreso Venecia, Simplon y Oriente (VSOE).
El tren VSOE era encabezado por una clase 50 2-10-0 alemanas.
TREN DEL MISTERIO
El encanto de una jornada en el Expreso de Oriente motivó la presentación de esos trenes en seis películas y 19 novelas. En las escenas de Muerte en el Expreso de Oriente, el detective Hércules Poirot reunió todas las sospechas hasta el momento decisivo, tal era el estilo de Agatha Christie.
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